VOLAR, CORRER, RODAR. Cuento de un aspirante transpirante.

Pantanos Quéntar - By: Me

Nuestros antepasados salieron del agua, previo a erguirse anduvieron a cuatro patas y luego, tal como los hacemos hoy, corrieron. Corrieron para vivir, corrieron para cazar, corrieron para huir. Tal como muchos lo han hecho hoy: SE MOVIERON PARA VIVIR.

Aterrizas en suelo extranjero, aunque tus pies tardarán en tocar suelo. El equipaje ya no pesa porque viene lleno de sueños y esperanzas, te comparas y tienes la primera revelación de tu gran ventaja. Unos hablan otro idioma, otros leen sus nombres en carteles de bienvenida, la novia tímida y el novio a distancia se conocen ante tus ojos que no se empañan. Pero tu llevas un guardián escondido entre pecho y espalda: EL DEPORTE.

En el mundo existen tantas ciudades como maneras de conocerlas, pero pertenecer no sólo se trata de ser engullido por una ciudad, sino también vivir en la utopía de que nuestra humanidad diminuta,  incide suavemente en los espacios físicos. O es que finalmente no sentimos todos los que nos hemos ido, que algo de Caracas cambió sin nuestra presencia, y que ya EL ÁVILA YA NO ES LO QUE ERA CONMIGO aunque se conforme con las huellas que le dejé y que hoy otros pisan. Es justo ese empoderamiento mutuo, esa relación simbiótica casi parasitaria, que nos permite llegar a un lugar nuevo y hacernos de ese espacio, por tanto al llegar a cualquier lugar, ponte las zapatillas, o las trabas si es tu caso, y corre o pedalea.

La búsqueda es nerviosa para la construcción del nuevo tejido social y el deporte es un estado de conciencia práctica que no necesita reflexión, otras formas de socialización demandan la falta de poesía de la expresión discursiva. Hace un par de días cuando salí en mi bicicleta y enganché un lote, a medida que compartimos el trabajo contra el viento, los sellos del pasaporte de desvanecieron, sólo un - de donde vienes?  -De Venezuela.  El resto fue en códigos universales de la estética irracional de la práctica deportiva, UNA ESPECIE DE SENTIMIENTO COMÚN COMO LA PAZ, EL ROCK, O MANDELA, que representan el cemento de la sociedad.

Son ya varias semanas. Las ansiedades migratorias y el bloqueo de la página en blanco han estado acompañado de hermosos avistamientos y acentos curiosos. Por ahí hasta me "fiaron" una tripa que ya pagué. Sé cómo ir y volver. Hoy espero que un día Granada no sea la misma sin mi.   

Fuentes: Bourdieu -1991. Giddens - 2016