miércoles, 18 de marzo de 2015

LESIÓN DE CUERPO Y ALMA...¿Vas a seguir?


Jean Robic "El Engañamuertes"

Muy difícilmente encontrará usted a un ser más incomprendido que el atleta lesionado. Para muestra Jean Robic, “El Engañamuertes” que durante su carrera se partió el cráneo dos veces, sufrió desplazamiento de cuatro vértebras, además coleccionó fracturas en su muñeca izquierda, omoplato derecho y  fémur, (no sé si mencionar que también se “abrió” una ceja). ¿Por qué no paró? He allí la nobleza, y la gloria del Campeón del Tour de Francia en 1947.
Mucho se ha dicho sobre la prevención y causas de una lesión, la realidad es que allí están, como una traición amorosa, sembrando dudas en la autoestima, alterando los planes y modificando el día a día.
Una lesión es mucho más que un trauma físico exclusivamente biológico. Frente a la mala noticia se levanta una montaña de miedos, de dudas y ansiedades que condicionan nuestro diálogo interno y sobre todo con nuestros familiares y amig@s, que ajenos a la noble pasión del deporte dirán: eso te pasa por entrenar tanto… eso no es para ti… ¿vas a seguir?

Los pensamientos negativos viajan de una mente a otra sin pedir permiso.  Una manera de ser un buen compañero durante la convalecencia de un atleta lesionado, es acompañándolo a salir de la visión negativa de la recuperación, que nace por la presencia natural del dolor. Imaginemos juntos una realidad positiva, basada en el manejo de la información de la lesión. Practiquemos técnicas de relajación para controlar las tensiones que sabemos que vendrán. Pensemos cuáles serán los nuevos objetivos de la recuperación a mediano plazo, cuál podría ser el próximo reto. La nobleza del deporte se encuentra más allá de las fronteras del sufrimiento.    

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